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sábado, 27 de noviembre de 2010

El día de San Vicente en Ducati





El día de San Vicente

Hola



Todos los días 22 de enero son fiesta en Valencia ciudad exclusivamente (festividad de San Vicente), así que siempre aprovecho para ir en moto, el resto de familia trabaja hoy.



Aunque la previsión meteo no es muy buena, me calzo el mono con goretex, los guantes de subir al Annapurna y a pesar de parecer una morcilla emprendo la ruta deseada.



Hoy la elegida es mi Ducati supersport 900 de 1997, es la última de las supersport rojas de carburadores. En 1998 saldrá la Final Edition en color gris metalizado y numerada. Las de 1997 son una mezcla entre superlight -esta desaparece en 1996- y supersport, pues aúnan ciertos elementos comunes como el tirante de freno trasero, el guardabarros de carbono delantero y algún pequeño detalle más. A esto yo he añadido los discos Brembo de fundición flotantes de las SL, unos escapes BOS abiertos y un amortiguador Ohlins procedente de una SS1000DS. La máquina tiene ahora apenas 42.000 kms que he hecho en su mayoría pues esta moto la recompré hace ahora dos años. Es una moto ligera, relativamente cómoda pero áspera, ruda y seca: el gas va duro y el motor la hace vibrar con ganas por encima de las 7000rpm.







Personalmente me parece preciosa y aunque los años no pasan en balde, a pesar de sus 13 años siguen siendo efectiva y atractiva, cosa que no puedo decir de sus contemporaneas sport. Este diseño data de 1991 y aunque las comparaciones son odiosas, creo que será suficiente muestra este botón:







En mi descargo diré que yo tuve uno de estos molinillos antes de convertirme



Iniciamos la ruta desde Valencia por la autovía dirección LLiria y allí me desvié hacia Alcublas, era la gasolinera más cercana (Nota: a esta población se llega tras un puertecito de apenas 10 kms pero muy entretenido) Desde allí me dirijo hacia el interior, así que probé la carretera hacia Villar del Arzobispo y casi mejor con una trail, más agujeros no puede haber, así que es recomendable volver sobre los kilometros y volver hacia Casinos en el desvío anterior a la subida del puerto.



La carretera empalma con Losa del Obispo, mi intención era evitar la autovía y lo había conseguido. Desde ahí comienza una carretera divertida que combina todo tipo de asfalto y curvas y que discurre por las poblaciones de la serranía del Turia: Tuéjar, Chelva y Titaguas son las más destacadas.



Mención aparte merece el puerto de la Montalbana antes de llegar a Titaguas, es corto pero muy divertido -reconozco que me gustan más los puertos rápidos aunque sean más peligrosos por la velocidad-.



A partir de Aras de los Olmos comienza a hacer frío de verdad y agradezco el goretex, los guantes sin sensibilidad y las 357 capas debajo del mono. El tramo entre Aras y Sta Cruz de Moya (Cuenca) es quizás lo mejor de la ruta, combina unas vistas espectaculares con todo tipo de curvas.



Por allí discurre el río Turia que nos acompañará el resto de viaje hasta Ademuz, se trata de un apéndice de la provincia de Valencia cuyos linderos son las provincias de Teruel y Cuenca.







A partir del puente sobre el río Turia, comienza una carretera de asfalto perfecto que este día estaba un poco húmedo en las zonas orientadas al Norte, pero que me permitió disfrutar de un ritmo alegre y divertido.



La moto sigue siendo muy estable e intuitiva, transmistiendo perfectamente el trazado al conductor, ayudado por los magníficos Michelín pilot power 2CT. La frenada es sobresaliente, incluso excesiva para los escasos 73cv del motor -no se cuántos debene quedar a estas alturas-.





Tras unos cuantas curvas más llegamos a Ademuz y concretamente a Torrebaja donde decidí zamparme un delicioso bocata en Casa Emilio donde siempre te tratan como a un rey y por un precio razonable. Muy recomendable.



Miré el reloj y apenas eran las dos de la tarde, así que me fuí a repostar a Ademuz y vuelta a empezar. Me puse los tapones y volví por el mismo sitio, jeje...tenía tiempo pero quería llegar a recoger a mi hija de la guardería.



Total: casi 400 kms de ruta, un consumo de apenas 5,5 litros de gasolina y una gran sonrisa debajo del casco...











Hasta la próxima.



Passione

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